Francis Bacon pintor británico de origen irlandés, nació el 28 de octubre de 1909 en Dublín. Fue una figura destacada de la denominada nueva figuración, se caracterizo por tener una profunda independencia, que hace de sus pinturas un referente inconfundible del arte europeo.
Tras una infancia marcada por la soledad y la enfermedad, Bacon pasó su juventud en Irlanda. En 1925 se establece en Londres, donde trabaja como decorador. Se interesa en seguida por la pintura, sobre todo tras sus estancias, en los años veinte, en Berlín y París, donde junto a los expresionistas (Otto Dix, Max Beckmann), queda impresionado por la obra de Picasso.
En sus primeras pinturas que fueron entre los años 1929 y 1944 (donde la mayoría de sus obras fueron destruidas por el propio pintor), es durante la posguerra cuando se da conocer el tipo de pintura que le hará célebre.
En sus primeras pinturas que fueron entre los años 1929 y 1944 (donde la mayoría de sus obras fueron destruidas por el propio pintor), es durante la posguerra cuando se da conocer el tipo de pintura que le hará célebre.
Sus primeros éxitos datan de 1944, cuando realiza el tríptico Tres estudios de figuras junto a una crucifixión, considerada una de las obras clave de la pintura contemporánea. Justamente nace con esta obra su predilección por el tríptico, formato que le dio un sello personal y donde se acerca al motivo desde distintos ángulos pero siempre manteniendo la unidad de la obra, generando una sensación de ambigüedad sobre el objeto, en especial en los retratos.
El interés de Bacon por los autorretratos de Rembrandt y por toda la obra de Velázquez se evidencia tanto en el uso de los empastes pictóricos como en la reinterpretación de obras como el retrato de Inocencio X, del que en 1961 realizó una espeluznante versión que, sin embargo, según él mismo confesó, no consiguió superar la obra original de Velázquez.
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